11 agosto 2019

Blackfield La calma luego de la tempestad


¿Luego de Nick Cave qué?! no podía, o no quería, seguir con algo similar pero revisando mis cds he llegado a la conclusión de que mis amigos tienen razón: soy un melancólico de tomo y lomo. Además, esa melancolía está aderezada de una buena dosis de humor cáustico y negro, es decir, no tengo nada de música alegre o que por lo menos invite a mover el esqueleto, porca miseria!
Pero si es así, si en verdad soy tan melancólico ¿por qué será que ando todo el día sonriendo? o ¿por qué deben repetirme las cosas dos o tres veces para bajarme de la luna? mmm, creo que hay que investigar concienzudamente la causa de tamaño misterio, no lo puedo dejar pasar por alto.
Como soy un convencido de que la música y los estados de ánimo son inherentes entre sí, busco algo que no me saque de mi relajo ni me despierte de este momento de felicidad tan extraño y que amenaza con hacerse costumbre... y lo encuentro: Blackfield!!
Y claro, no hay nada que se aleje más de la oscuridad de Nick Cave que lo que hace este dúo formado por el inquieto genio creativo de Steven Wilson (alma mater de Pocupine tree) y el músico israelí Aviv Geffen.
En fútbol se habla de 'pequeñas sociedades', y siento que eso es lo que ha creado este par de músicos de excelencia: una pequeña sociedad que le regala un puñado de canciones de calidad a un corazón desbordado. Estoy seguro de que no soy el único que se ha enganchado con este disco lleno de humanidad y sentimiento... o por lo menos eso espero, saludos



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Blackfield



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30 julio 2019

Los Blops


Los Blops tienen a su haber un par de detalles muy especiales: primero, ser los creadores de un disco del que muchos hablan pero que pocos han escuchado y, además, ser rechazados tanto por la izquierda como por la derecha de la ultra politizada sociedad chilena de principios de los 70. Por un lado se les tildaba de hijitos de su papá y extranjerizantes por hacer rock y desde el otro bando, les criticaban sus cabellos largos y esa costumbre tan extraña y no bien vista de vivir en comunidad.
Esto mismo ayudó a crear una ferrea cohesión entre los integrantes del grupo, sumada a una disciplina casi espartana que, según Eduardo Gatti (guitarrista y compositor) no se circunscribía sólo a lo netamente musical, sino que abarcaba detalles tan íntimos y cotidianos como es el quehacer diario de cualquier mortal.
"Nos levantábamos a las siete de la mañana con un musu (baño con paño frío estando en cama) luego ducha helada, gimnasia, trabajo de meditación, desayuno y ocho horas de ensayo."
Tal vez esto fue lo que les dio la fortaleza suficiente para sacudirse el fracaso de su presentación en el Festival de Viña del Mar de 1972. "Todo partió mal desde el principio - recuerda Gatti - si hasta el animador en medio de la presentación nos pregunto ¿Chiquillos como se llaman ustedes.? Además nuestra actitud fue provocadora, en vez de tocar parados tocamos sentados en loto." Luego de eso, decidirse por hacer la música que querían sin pensar ni esperar mucho del público, fue lo más lógico y sano. De allí nació La locomotora, disco tanto o más mítico que el primero que grabaron Los Jaivas.
Pero revisemos un poco la historia musical... no la del grupo sino la mía :D
Cuando aún era un imberbe y taciturno adolescente llegaron a mis manos Los Blops y Locomotora, debut y tercer y último disco en estudio del grupo, respectivamente. Y recuerdo que, además de Los momentos, que para el rock chileno significa más o menos lo mismo que Canción para mi muerte para el rock argentino, y un montón de canciones que mezclan rock, folk y lisergia, lo que más me llamó la atención fue que estos tipos cantaban en... chileno.
Así es, en un país en que se piensa que todo lo que vale la pena viene desde afuera y se imitan vergonzosamente acentos extranjeros, que alguien cante: Frío má' que nada frío, tengo yo lo' pie', suena casi transgresor y refrescante. Esta mala costumbre nuestra de no pronunciar las eses de pronto me pareció exquisita y entrañable. Si a eso agregamos un trasfondo humanista y un profundo sentido espiritual, pues, era imposible no dejarse atrapar.
Locomotora es totalmente diferente, no sólo por ser instrumental ni por la extensión de sus composiciones sino, principalmente, porque es un disco que nació de la rabia, del deseo de patearle el culo al mundo luego de su nefasto paso por el sobrevalorado festival viñamarino: ”Nuestra actitud posterior fue: ¡qué vamos a darles canciones delicadas a estos hueones, hagamos rock duro!”. Y eso hicieron, crearon 5 potentes temas de corte netamente progresivo, considerado el primero de esta tendencia musical hecho en estos lares. Un discazo, así, con todas sus letras, a pesar de sus imperfecciones de edición (que las tiene).
Varios años más tarde me encontré con Del volar de las palomas (1971), que fue el segundo en editarse y el eslabón que me faltaba en la transición entre los otros dos. Por variadas razones, que van desde lo familiar hasta reminiscencias de un pasado idealista, mucho más participativo y colectivo en mis intereses, se ha ido convirtiendo en uno de mis favoritos con el paso del tiempo, como en una especie de soundtrack personal.
Para mi gusto, aquí está incluido una de las mejores canciones del rock chilensis y también, de las que más me interpretan. A pesar de escucharlo en innumerables ocasiones, mi fascinación por el tema que da nombre al disco no decae, la voz de Ángel Parra, en su rol de vocalista invitado, parece desgarrarse a medida que transcurre esa verdadera nube de emociones. Simplemente estremecedor.
A propósito de artistas invitados, Los Blops cumplieron con este rol en El derecho de vivir en paz y Abre la ventana de Victor Jara, lo que demuestra la apertura mental del creador del Cigarrito que, en los momentos en que muchos discriminaban a ciertos músicos por no seguir la corriente en boga, los invitó a acompañarlo en dos de sus temas más bellos.
Y ahora... ahora siento esa sensación ya un poco familiar de que me he quedado corto, de que debí decir mucho más de lo que dije, que a pesar de tratarse de uno de mis grupos más queridos no supe ni pude comunicar todo lo debía acerca de ellos. Pero ¿quién sabe?... en una de esas, quizás sea para mejor.



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Locomotora




Fuente de consulta: Rock Progresivo.org
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29 julio 2019

Mampato

Escribía hace un tiempo, en otro lugar, que Mampato junto a Papelucho, se encuentra dentro de los recuerdos infantiles más gratos de muchos chilenos. Mucho antes de que la cumbia y el regetón se convirtieran en la distracción mayor de los niños de este flacuchento país, y cuando aún se leía, estos dos personajes divertían y hacían soñar a moros y a cristianos.
Personalmente, me incliné siempre por Mampato, supongo que inconscientemente ya me veía atraido por lo menos políticamente correcto o ese humor un tanto ácido y negroide que se encontraban en sus páginas.

No es fácil vivir y criarse al final del mundo, encerrado entre cordillera y mar, a punta de temblores y erupciones volcánicas. Tal vez a eso se deba este gusto tan nuestro por el sarcasmo y la ironía. Seguramente la fascinación que sentimos muchos por este niño travieso y curioso y por su amigo Ogú, que resolvía todo a golpe limpio, no sea fácil de entender de buenas a primeras.

Mampato fue creado en 1968 por Eduardo Armstrong para la revista del mismo nombre. Inicialmente, los argumentos pertenecían al mismo Armstrong y los dibujos a Oscar Vega, pero luego de un par de números, se hizo cargo de la historieta Themo Lobos, quien le dio ese tono didáctico y entretenido que identificó al personaje. Lobos, además de su talento indiscutido como dibujante, poseía una creatividad inagotable como guionista. A eso hay que sumarle su rigurosidad al momento de crear cada episodio.

En su primera aventura nuestro héroe recibe como regalo de parte de un extraterrestre, un cinto espacio-temporal, gracias al cual puede transportarse a cualquier momento de la historia, pasada o por venir.

Algunas de las siguientes historias las encontré en el muy buen blog Yo soy de la generación de Mampato.


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15 mayo 2017

Piu Avanti



Pedro B. Palacios (Almafuerte)
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14 febrero 2013

Manuel García

Nota: Estoy reviviendo enlaces, agregando discos y mejorando, en lo posible, la calidad de sonido. En este caso, agregué varios al post original escrito en Enero del 2008 luego de una actuación de Pedro Aznar en mi ciudad en la que Manuel García fue el telonero. Dejo a continuación el mentado post.

Después de una hora de espera bajo la lluvia finalmente logramos entrar. 'Vale la pena, vale la pena' me dice mi amigo Purplechild. Junto a él, Fernando asiente mientras por su rostro aún corren algunas gotas. Estoy mojado, cansado de tanto estar de pie y además tengo hambre, pero bueno, no todos los días viene Pedro Aznar a Temuco

Afortunadamente el show comienza luego, lo suficiente como para que Panchito y Emerson nos dejen de joder desde la primera fila. Nosotros estamos en la penúltima, y la gente ya empieza a voltear la cabeza para ver a quiénes van dirigidos sus gestos de burla. Purplechild mira hacia el lado, el Feña busca algo entre sus zapatos y yo finjo que he visto a alguien conocido.

De pronto aparecen dos chicas en el escenario, una con un contrabajo y la otra con una minifalda que nos deja más helados aún (también trae un violín). Junto a ellas, dos tipos de los cuales no nos habíamos percatado, uno se acerca al micrófono guitarra en ristre.

- ¿Y éste, quién es? - pregunta Purplechild
- Ni idea, pero Aznar no es, pregúntale a Fernando - respondo.
- Tampoco sabe
El chico empieza a cantar y se nos despeja la duda.
- ¡Es Silvio, huevón!
- Naa, ¡qué va a ser!
- ¡Oye! - me dice una rubia que está en el asiento de atrás - Se llama Manuel García.
- Gracias - me vuelvo hacia mi amigo y le doy la buena nueva - Se llama José García.
- Manuel - corrige ella.
- Eso, Manuel
- Vale - el niño púrpura me mira fijamente y antes de que diga nada la rubia nuevamente nos socorre.
- Es el vocalista de Mecánica Popular.
- Ah, perfecto.
Las canciones se suceden con calma, sin sobresaltos, casi hipnóticas. Extrañamente, algunos versos quedan flotando en el aire negándose a desaparecer:

... yo sólo quiero que recuerdes eso
que fui un pasajero, allá entre tus sueños.

Cuando termina su actuación, me quedo con esa sensación de bienestar que nos provoca una sorpresa agradable. Nunca había oído nada de Manuel García y sin embargo ahora sé que apenas llegue a mi casa buscaré su disco, y también sé que en lo que resta de invierno oiré cada tema cien veces. En ocasiones encontramos sin buscar, o sin saberlo. Y mientras miro a la violinista (no puedo evitar hacerlo) pienso en cómo será ella, ¿se le parecerá? ¿será más alta o más baja? o... Bah. ¡Qué importa! Cuando la encuentre la reconoceré de inmediato, apenas mire sus ojos me perderé en ellos y le hablaré de un cantautor que conocí de rebote, le diré que me aprendí varios de sus temas y ... ¿quieres escuchar uno?


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11 enero 2013

Jodorowsky


Este post es un resumen de todo lo que tengo en el blog acerca de Alejandro Jodorowsky. Además, incluiré algunos enlaces para historias que nunca posteé y que pasaron a formar parte de esa enorme categoría llamada "uno de estos días".

Empecemos por lo que ya estaba y en un orden totalmente arbitrario:


La casta de los metabarones
El Incal.
El ángel carnívoro
El dios celoso
Los ojos del gato
El lama blanco
Alef-Thau.

En el caso de Alef-Thau, las ocho partes de la saga están separadas en posts individuales y casi todos van acompañados por una reseña. Cuando las escribí, allá por el 2008, juraba que tenían relación con la historia de cada tomo (aunque insistiera en lo contrario), pero a estas alturas, y releyéndolas, ya no estoy muy convencido de eso.

Pero bueno, más allá de esos desvaríos, y para orientar sobre la lectura del cómic, el orden sería el siguiente:

1. Alef-Thau.
2. El principe manco.
3. El rey tuerto.
4. El señor de las ilusiones.
5. El emperador cojo.
6. El hombre sin realidad.
7. La puerta de la verdad.
8. El triunfo del soñador.


Como decía al inicio, hay historias que no llegué a postear y que ahora aprovecho de agregar:

Bouncer
Cara de luna
Juan Solo
Los Tecnopadres
Megalex

Por último, añado el enlace al post dedicado al capítulo del programa La belleza de pensar, en el cual estaba de invitado Alejandro Jodorowsky. En esa misma entrada incluí el enlace para descarga de varios libros escritos por él pero que, para mayor comodidad, agrego acá.

La belleza de pensar
Libros

Saludos.

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24 octubre 2012

Corto Maltés, Hugo Pratt

"Porque el sueño más real es aquel más distante de la realidad, aquel que vuela solo, sin necesidad de velas ni de viento." (Corto Maltés)

Según su biografía, Corto Maltés nació el 10 de julio de 1887 en La Valeta (Malta). Su padre era un marino británico procedente de Cornualles y su madre era una gitana, apodada "la niña de Gibraltar", nacida en Sevilla. Debido al Origen de su padre Corto Maltés es un súbdito británico. Su residencia oficial está en La Antigua, en las Antillas, pero su residencia preferida se encuentra en Hong-Kong. Corto Maltés vivió buena parte de su infancia en Córdoba.

Sin embargo, para quienes tuvimos la fortuna de crecer leyendo sus aventuras, Corto significa mucho más que estos datos biográficos. Él, con sus viajes por lugares exóticos y personajes de la más distinta ralea, es el cómplice ideal para la imaginación; esa que debe ser incentivada, motivada y hasta exigida. Nunca hay que dejar de soñar, a pesar de que a veces sintamos que las ilusiones ya no tienen cabida, que el pragmatismo es el camino a seguir.

Corto no es un súper héroe, no tiene poderes sobrehumanos ni aparatos ultra modernos que le faciliten las cosas. Él es un simple mortal que un día se dio cuenta que no tenía la línea de la fortuna en su mano y decidió hacerse una con una navaja. Eligió ser el creador de su propio destino. Se equivoca y acierta, cambia de estados de ánimo, políticamente incorrecto a veces, coqueteando con una deliciosa doble moral en ocasiones. Pero siempre profundamente humano y por eso, tan cercano y entrañable.

Nota: El post original lo escribí el 2008 y en ese momento estaba totalmente decidido a subir todo lo que había reunido acerca del cómic lo más rápido posible. Pero bueno, por uno u otro motivo, recién terminé ayer. Cosas que pasan.

En esta nueva versión, aproveché de ordenar los archivos para que se me hiciera más fácil su manejo. Arreglé un par que tenían fallas y empaqueté en uno solo algunas historias.

Por ejemplo:

Bajo el signo de Capricornio consta de 6 historias que fueron publicadas separadamente:

01 El Secreto de Tristán Bantam
02 Cita en Bahía.
03 Samba con Tiro-Fijo.
04 Un águila en la jungla.
05 Volveremos a hablar de aquellos aventureros.
06 Por culpa de una gaviota.

Lo mismo ocurre con Siempre un poco más lejos, Las Célticas y Las Etiópicas. En caso de querer tenerlas del modo original, basta con descomprimir el archivo, comprimir una por una las historias (están separadas en carpetas individuales) y cambiar la extensión a cbr.

Saludos.


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21 octubre 2012

M Ward

La primera canción que escuché de M Ward fue Sad, sad song, y no pude evitar relacionarla con Tom Waits. Fue como escuchar al viejo Tom sin el ajetreo de decadas de noctambulismo, como si de pronto hubiese recuperado su gastada y roída garganta para volver a cantar como en sus inicios. pero fue sólo una impresión momentánea. Luego, a medida que conocía el resto de los temas de Transfiguration of Vincent (2003), me fui sorprendiendo y dejando llevar por esa voz calmada, sosegada y que no da vestigios sobre su autor.

Allí empezaron los problemas porque uno, sin querer o sin darse cuenta, necesita visualizar a quien escucha, si no tenemos la imagen inmediata, recurrimos a una fotografía, si esto no es posible, nos queda la opción de la imaginación. Es entonces que el inconsciente toma las riendas, y como buen inconsciente que es, no mide las consecuencias y se larga a re-crear o a re-armar el mundo y la realidad a su antojado gusto.


En este caso, mi imaginación no pudo estar más equivocada, jamás se me habría ocurrido que el tipo que se pasea en ese disco entre el blues trasnochado de Poor boy, minor key y el folk con tintes poperos de Helicopters, esgrimiendo una voz que no se puede encasillar, fuese un esmirriado muchacho con facha de hijo bueno que me recuerda al personaje de River Phoenix en Esa cosa llamada amor de Peter Bogdanovich, película casi de culto en un cerrado círculo familiar cinéfilo.

Como si fuera poco, cuando aun no convencía a mi inconsciente de que Ward no es barbón, ni usa lentes, ni muestra vestigios de una vida de reviente, se asoman a mis oídos la inquietante intimidad de Involuntary y la mejor versión de Let's dance de Bowie que hemos escuchado alguno de los dos (que a esta altura, ya somos la misma cosa) y mandan todos mis argumentos al tacho de la basura. Definitivamente, las fotos que encontré de Ward en la red... ¡son falsas! No puede ser que alguien que se ve tan joven logre conectar de esa forma con quien escucha, sobre todo con ese espacio en nuestro cerebro en el cual las cosas no se explican... se sienten.

La curiosidad mató al gato dicen, pero en este caso vale la pena arriesgarse y continuar conociendo lo que ha hecho este cantautor. Sobre su carrera discográfica, sus éxitos y popularidad en espacios reducidos de público; sobre su estilo y sus acompañantes, se puede saber y leer en muchas partes en la infinita vastedad de Internet, o en su página, M Ward music.

Y acerca de Transfiguration of Vincent, del excelente Post - War del 2005, o del reciente A Wasteland Companion, que son una muestra de consecuencia y buen gusto, podemos opinar todos nosotros porque, con el descaro que da la inconsciencia, los pongo a disposición de quien los desee.


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02 octubre 2012

Acerca del respeto y la religión

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30 septiembre 2012

Nick Cave

"Soy alto y soy delgado, de una altura envidiable y es sabido que soy muy atractivo desde un cierto ángulo y a una cierta luz". Si lo dice él mismo no hay por qué no creerle. En realidad no sé si será tan así, pero que la música de Nick Cave & the bad seeds es exquisitamente atrayente, no se puede negar.

Tal vez lo más atractivo de Cave, para mí, no sea su altura ni su perfil sino la satisfacción que me produce escucharlo cantar Hey Joe o All tomorrow's parties. Esas no son sólo nuevas versiones, son reconstrucciones de excelentes temas que ya me gustaban mucho pero que ahora, luego de oírlos desde su perspectiva, siento que estaban incompletos.

Este australiano con facha de malo destruyó el antiguo molde y creó uno nuevo a su gusto, rearmó los pedacitos y el resultado está teñido con la oscuridad y el desasosiego que sólo les puede imprimir alguien que no le teme al fracaso. Alguien que hace lo que quiere y no lo que esperan de él, que no necesita probarle nada a nadie.

Esa desfachatez se agradece en medio de un ambiente en que lo más valorado es 'ser un triunfador en la vida', aunque eso signifique pasar sobre cualquier principio ético (y estético). Después de todo, no es tan malo jugar a perdedor si eso nos permite dormir sin sobresaltos... o mantener la consecuencia con el arte y con la vida, como lo hace Nick Cave.


Kicking against...
 
Hey Joe
 
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el baúl de mefistum Copyright © 2011 | Template design by O Pregador | Powered by Blogger Templates